I
Me sumerjo
en lo más bajo
del territorio
humano,
sometida
desde pequeña
a la barbarie.
Entre mis piernas
fluye un torrente
liquido
que se convierte
en un barrial
de fluidos
vaginales.
Te da asco
por eso no miras,
mi sangre es
corriente
no tiene apellido
ni obra social.
No tengo plata
ni cobre, ni alpaca,
fue un delirio
de mis padres
concebirme.
Heredé
una casilla,
un patio inundado,
y una vida
precaria.
II
Estoy acostada
en esta cama sucia,
llena de mierda,
con las piernas
abiertas
esperando al doctor.
Con las manos
sin guantes,
me revisan
sin cuidado
y con desprecio.
Reviento de dolor
mi vagina arde
por el manoseo
incesante
del pervertido
con delantal.
Convulsiono,
mis tripas se
agitan,
mi carne huele a
muerte,
despido sustancias
nauseabundas.
Mis ojos se borran,
mi destino era este,
morir en el juego
del blanco patriarca
occidental.
Daniel Burkett
No hay comentarios:
Publicar un comentario